Certificado de ventanas Passivhaus

Las ventanas Passivhaus son las ventanas de más alta eficiencia que existen en el mercado, porque están adecuadas y certificadas por el estándar Passivhaus. Una ventana Passivhaus es aquella que ha obtenido el certificado expedido por el Passivhaus Institut, organismo que verifica el cumplimiento los exigentes requisitos del estándar, fundamentalmente en cuanto a sus altas prestaciones de aislamiento térmico. Estos requisitos varían en función de la zona climática para la que se solicite la certificación.

Ventanas Passivhaus ¿Qué es el Passivhaus?

El estándar Passivhaus, Passive House o de casa pasiva es una filosofía de construcción que persigue lograr la máxima eficiencia y el menor coste energético posibles, dando lugar a edificios de consumo energético casi nulo (ECCN) que pueden reducir hasta en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración respecto a otros edificios de nueva construcción. Passivhaus es ahorro, eficiencia, confort, salud y desarrollo sostenible.

Los edificios Passivhaus no son sólo el futuro, sino ya el presente de la construcción. De hecho, la Directiva 2010/31/UE, aprobada por el Parlamento Europeo en mayo de 2010, indica que todos los edificios construidos en Europa deberán ser de consumo energético casi nulo a partir del 31 de diciembre de 2020.

Y, para conseguir esto, una parte fundamental y necesaria es la instalación de Ventanas Passivhaus.

Beneficios del uso de las ventanas Passivhaus

Máximo confort

El aislamiento, la ausencia de puentes térmicos, la hermeticidad y una correcta ventilación evitan las condensaciones y la pérdida de calor en invierno y frescor en verano, garantizando el confort interior. A esto debemos sumar la ausencia prácticamente total de ruidos exteriores.

Aire más saludable

La calidad del aire interior está garantizada con el doble flujo de recuperación de calor. Al filtrarse el aire, se eliminan el polen, el polvo, la contaminación y otros agentes nocivos que perjudican nuestro organismo.

Ahorro para vosotros

En algunos casos, el ahorro energético de este tipo de edificios puede llegar hasta el 90% respecto a construcciones típicas, incluso del 75% si lo comparamos con edificios de nueva construcción. La eficiencia energética se logra al reducir la demanda al máximo, aprovechando el sol, evitando las pérdidas de calor y mediante el uso de sistemas de recuperación de calor.